Dejé vencer mi alma, y por fin viviré en paz... En este Dulce Rincón, con esta Pena Vencida. Adiós La Dulce Pena. Adiós El Rincón de Los Vencidos. Todo tiene un principio, un fin y un motivo por el que existir: Este Rincón ya encontró el suyo, ahora es hora de delegar en La Piel de Una Promesa.
La Piel de Una Promesa

La Chica y El Borracho

24 septiembre 2007

Fecha: 24/09/2997
Hora: 7:30
Lugar: C/ Larios; Plaza Constitución; C/Granada
Implicados
****-Directos: Una chica joven, un borracho
****-Indirectos: Los viandantes, unos obreros, una limpiadora y yo.
Ya estáis más o menos puestos en situación, al menos los que sean de Málaga, y/o alrededores. A esas horas de la madrugada, no es que halla buenas compañías, pero hasta hoy tampoco es que yo las haya visto muy malas. Empecemos con la historia:
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Me bajo del autobús, como digo, sobre las 7:30 am, emprendo mi viaje hacia el norte, osea hacia Ejido. No pongo el nombre de las calles porque no me lo sé. Pero era ya por Calle Larios, cuando empiezo a oir voces, como de un borracho, sigo mi camino hacia arriba, hay poca gente por la calle, un par de chicas, un par de chicos, y unos cuantos obreros, que supongo que estarían esperando para empezar la jornada laboral.
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Conforme sigo subiendo por la calle, a lo lejos veo un joven con un mono azul, y con aparente estado de embriaguez, diciendo cosas, casi insultantes a una joven, a la que no puedo ver del todo bien. Pienso para mí, que este joven se creerá que le está declarando las intenciones más sinceras de amor... pobre loco. La chica hace como que no lo escucha, y sigue su camino.
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A pesar de que muchos viandantes se cruzan con esta extraña pareja, a pesar de que los obreros los ven, y saben qlo que está haciendo el joven embriagado, nadie hace nada, ni yo (pero esque estoy demasiado lejos como para intervenir). Acelero el paso, y para cuando llego a la Plaza de la Constitución estoy más cerca de ellos, pero aún no lo suficientemente cerca como para hacer algo en caso de que el borracho se sobrepasase (¿y si lo hace, qué hago?).
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Sigo dirección calle granada, pero antes de coger la calle que da a la plaza Uncibay, a mi lado pasa un hombre fornido, que ve la situación y tampoco hace nada, una joven algo exaltada le pide ayuda y este prosigue. Cuando me detendo por un sólo instante, apenas un segundo, para ver esa situación, la chica y el borracho desaparecen, sólo escucho unos leves comentarios del borracho, pero no los vuelvo a ver por todo el camino, yo tomé por C/ Granada, quizás ellos por Uncibay.
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Luego por el camino voy pensando en cómo abrá acabado la cosa, y que ninguno de todos los viandantes, ni los obreros, ni nadie ha sido capaz de callar al borracho. Pero, en el fondo me alegra pensar que no pasó nada, y que el borracho se hartó se seguirla al ver que la chica pasaba de él. ¿Pero porqué no actuó nadie, por miedo? Más miedo tendría la chica.

1 Vencidos:

EnLaOscuridadDeLaNoche dijo...

Muchas veces me lo he preguntado... por qué la gente no actúa en esos casos...
Besos