Dejé vencer mi alma, y por fin viviré en paz... En este Dulce Rincón, con esta Pena Vencida. Adiós La Dulce Pena. Adiós El Rincón de Los Vencidos. Todo tiene un principio, un fin y un motivo por el que existir: Este Rincón ya encontró el suyo, ahora es hora de delegar en La Piel de Una Promesa.
La Piel de Una Promesa

Brisa de Otoño (I)

28 noviembre 2008

9 Vencidos

En su mente aún estaba el recuerdo de aquel día, hace ya siete años, pero, para él, era como si estuviese viviéndolo en ese mismo instante. Aquella mañana, la de su recuerdo, apuntaba a que aquel 29 de noviembre sería frío, y lluvioso, cómo a él le gustaban, con la brisa de otoño.

Por ello, se abrigó bien. Un pantalón de pana, de esos que tanto abrigan, una camiseta de manga corta, y encima de esta, una de manda larga. Y sobre las dos, una sudadera de algodón, su mejor sudadera. ¿La sombrilla? No la necesitaba, iba cerca, si le llovía podría correr sin mojarse demasiado. Cogió la cartera, tenía unas tres mil pesetas en ella, pronto dejarían de existir las pesetas...

Por el camino, se cruzó con dos ojos, una mirada preciosa, que en aquel momento le impactó y años más tarde, le causaría un gran daño y unas heridas, aún, insanables. Pero, en aquel momento era no era consciente de eso, y prosiguió su camino, con la sonrisa que lleva el que sabe que le han alegrado el día, tan sólo con un cruce de miradas, con una sonrisa y un palpito en el corazón.

Llega a su destino, hace frío, pero no le importa, aún mantiene el calor de aquellos ojos almendrados... en su corazón la sensación de que algo malo iba a pasar, ¿pero qué? ¿y cuándo? No tenía demasiado tiempo para pensar, se acercaba la hora, y su corazón tampoco le dejaba espacio para otro pensamiento que no fuesen aquellos ojos. Y eso fue lo que hizo, abandonar su cita, y huir en busca de aquellos ojos, y dejar plantada a la que, aún, era su novia.

Aún, pero, no por él, sino por ella. Aquella tarde habían quedado en la cafetería dónde se conocieron, para cortar. Fue una decisión unánime que había tomado ella, su relación se había mermado en aquellos escasos ocho meses de noviazgo, pero, muchos más años de amigos, desde que hicieron los estudios de secundaria. Cuando se conocieron, como suele pasar, ninguno de los dos se podía imaginar que acabarían juntos, pero el destino así lo quiso, y por ello, cuando acabaron la carrera, tras cinco años juntos, decidieron darse una oportunidad.

Ella estuvo siempre enamorada de él, pero, él, no. Él no sintió nada por ella hasta el momento en que ella se lo propuso, nunca vio más allá de su amistad, nunca intuyó los sentimientos de su amiga. Y sólo aceptó salir juntos, porque sería su primera experiencia, su primera novia, pero no su primer amor. Por eso quizás sea por lo que tantas veces apartó su relación con ella para priorizar otras cosas... como esta, para anteponer la mirada de aquella joven desconocida.

Se levantó de la silla, y antes de que el camarero pudiera llevarle al café que pidió echó a correr en busca de aquellos ojos.

25/11: Lucha de la Violencia de Género

25 noviembre 2008

6 Vencidos

25 de Noviembre: Día Internacional contra la Lucha de la Violencia de Género


En un día como hoy, no podía estar callado, pero por desgracia tampoco tengo demasiado tiempo.

Audios extraídos del
Ministerio de Igualdad de España, de la campaña "Ante El Maltratador Tolerancia Cero":



Videoclip de Lujuria: Espinas en el Corazón. El grupo que conozco más implicado con esta causa:



Y estos dos temas de grupos españoles que le dieron nombre a las mujeres maltratadas.

Pero es muy importante que NO olvidemos que no sólo son Evay y Raquel, sino también es María, Ana, Carmen, Dolores, muchas más...

... y cómo dijo Ankor:

"Volveré a vivir sin miedo a morir... Caminar hacia un lugar volver a amar sin más sufir..."

Un Sentimiento de Amor

23 noviembre 2008

10 Vencidos



Amor; fuerza incombustible; apoyo mágico.
Desde hace años te siento en mi pecho,
Sin saber qué es lo que eras.
Me has arrancado lágrimas y sonrisas,
Me has dado felicidad y tristeza, melancolía y sueños...

Amor; reminiscencias de momentos inalcanzados,
Me has hecho daño, me has maltratado en soledad.
Amor; azote implacable, castigo irremisible.
Me has derrotado, me has enviado a El Rincón de Los Vencidos.

Amor; aquí en El Rincón estoy tan lejos de ti,
No soporto esta distancia que nos merma.
Este sufrir en soledad, esta derrota inconclusa,
Tanto miedo a huir y perderte para siempre,
No sentir tus golpes en mi espalda.

Pero, Amor; no todo en ti es llorar.
A veces, eres un regalo de Dioses, progenitor del Deseo,
Eres mi guía, mi Rosa de Los Vientos en el mar,
Mi Norte, mi brújula, en la vida. Mi Panacea…

Amor; he de saber, si siempre estarás aquí,
Quiero saber si vivirás en mi pecho,
Necesito sentir tu calor en mis noches de soledad,
Imploro saber si soy merecedor de ti, de tu compasión y compañía.

Amor; sentimiento sin razón, sentimiento del corazón,
Mírame a los ojos y verás mis miedos, mis temores,
Lejos queda ya Hades y Estigia, no le temo a la muerte,
Tan sólo me acongoja a una vida sin conocerte.
Más allá del tiempo, Más allá de la luz.
Dime si es posible, dime si soñaré a tu lado
Y tú, despertarás al mío...

Amor; perdición de dos, salvación de almas
No importa el tiempo, ni el lugar
Te buscaré. Te seguiré... Te encontraré.
Junto a ti moraré;
Junto a ti moriré...

Junto a ti… Amor.




Un Sentimiento de Amor (Capella)

Buscando

20 noviembre 2008

7 Vencidos

Muchos de vosotros sabéis que hace tiempo me estaba leyendo un libro de Magdalena Lasala sobre Walläda La Omeya (colgué un par de poemas aquí), y a ella, la conocí gracias a Saurom, por su canción, Walläda La Omeya.

El martes, me acabé el libro, he tardado demasiado más de lo que me hubiera gustado, pero cada vez tenía menos tiempo... La verdad es que la imagen que se da en el libro sobre Walläda, me ha dejado perplejo. Si todo lo que cuenta el libro es verdad, o al menos la mitad, ¡qué mujer! Me ha dejado impresionado, tanto ella, como la autora que no la conocía, pero, estas navidades igual cae otro libro de ella, y de Guillermo Martínez, que también le tengo ganas.

En la facultad, no sé si os lo había contado antes, estoy haciendo un "pseudo trabajo de investigación" buscando en revistas científicas, libros, boletines oficiales... datos sobre el Gasto Público en Cultura. Pero, no he podido resistirme y he buscado sobre Walläda y Zaydûn. Sobre ella he encontrado que hablan en dos revistas,
esta, y esta. La primera, he decidido hacer un préstamo interbibliotecario con la Universidad de Cádiz, y que me traigan el libro a la de Málaga. Me cuesta 7€, pero, los pagaré, me hace ilusión. La segunda, sólo está en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, serían otros siete, pero aún no sé que haré.

Sobre Zaydûn he encontrado un libro, Casidas Selectas, que por la descripción no sé muy bien de qué será, pero, posiblemente me lo compre antes de navidad, ya he preguntado en una librería... Y, otro libro poemario, sobre poetas hispanoárabes, que quizás me lo compre con el de Zaydûn. Y ya me los hiré leyendo poco a poco. Pero, como soy un poco impulsivo quiero actuar antes de que pase más tiempo, y desista de la idea.

En cierto modo, este es una de mis sueños, y esta es la lucha que estoy llevando a cabo para conseguirlo... espero, que me salga bien, y esto me dé ánimos para seguir luchando por otros más complicados, para hacer locuras que no hice...

Si Hubiese Luchado

17 noviembre 2008

11 Vencidos


¿Qué hacer cuando estás vencido?
¿Cómo actuar si sabes que todo puede cambiar?
O que, quizás, todo siga igual.
¿Qué hacer en ese momento?

Sin niebla en la mente, ni rencor en el corazón.
Perder o ganar...

Nada importa, todo pasará, tan efímero
Como el sonido de tus pasos, como tu olor.
Igual que tu mirada que nunca existió.

Aquella, que yo busqué y no quisiste regalarme,
Ese regalo que acompañado de una palabra;
Una caricia... o tal vez un beso,
Me sacaría de este infierno mundano.

Pero... ¿Cómo puedo reclamarla si no la busqué?
Si jamás luché por esa mirada,
Tan sólo, la busqué como sin buscarla,
Temiendo ser un loco, intentando no mostrar mi alma.

Ahora sólo queda morir en soledad,
Lejos de la mirada que pudo salvarme una vez,
Lejos de las palabras nunca jamás pronunciadas,
Lejos de ti. Lejos del tus ojos. Tan lejos...


Que puedo susurrarte al oído,
Puedo acariciarte la nuca,
Y besarte cómo nunca lo hice.

Sueños Rotos

13 noviembre 2008

8 Vencidos



¿Por cuántos sueños habré luchado y habré salido perdiendo...? ¿Por cuantos otros habré luchado y habré ganado...? ¿Cuántos vencí sin luchar? ¿Cuántos perdí sin luchar? Pero, como dijo Siddharta, Ahora no hay tiempo ni ganas para contarlas, prefiero seguir así sin contarlas... Hoy, he decidido, recordar un viejo sueño, que no se cumplió...

Ya lo conté hace tiempo en mi otro blog,
aquí, pero de un modo que pretendí que fuese gracioso. Hoy, tras varios años, allí en el otro blog puse el 2002, pero creo que fue en el 2001, quitando los temas amorosos, el mejor de mi vida.

Un amigo mio, por aquel entonces mi mejor amigo, se compró una guitarra eléctrica. Y, como todo buen chaval joven, y con guitarra quería montar un grupo de heavy. Y, yo, era uno de los elegidos para ello. Pero, no tenía instrumento... en un principio, sería también guitarra, pero, cómo otro amigo que también iba a entrar, podía conseguirse una, me quedé, supuestamente, con el bajo. Pasaba el tiempo y el grupo en principio seguía adelante.

Los días iban pasando, a pesar de verlo difícil, y no tener apoyos claros en mi familia, yo seguía luchando a mi manera por mi sueño. Compuse dos pseudo canciones, iba a los cibers y buscaba información sobre los bajos... Mientras que mi amigo, el que podía conseguir la guitarra cada día pasaba más, y el resto del "grupo" también. Tan sólo el guitarra, al ya tenerla seguía con las mismas ganas que yo, o incluso más.

Un día, me llamó a mi casa. Me dijo, que en unos grandes almacenes había una guitarra eléctrica en oferta. Y estaba bastante bien, y cómo el otro chaval no se decidía, me la podía comprar a mí, y yo pagársela cuando lo viera. Hablé con mis padres, lo dudaron, era un desembolso grande para un sueño. Y, claro, mi amigo vivía en Málaga y podía ir al conservatorio, pero yo desde Vélez no tenía esa opción, en principio me enseñaría él, y un poco de autodidacta.

Mi otro amigo, el que se podía conseguir la guitarra, vivía enfrente mía, y mi madre, antes de comparme la guitarra, o no comprármela, pero, estaba casi convencida de hacerlo... Habló con la madre del otro colega, y básicamente, se rieron de nosotros, y sobretodo de mí. No pensaban que pudiera llegar a algo, y no me compraron la guitarra. A mí, sin ahorros, y sin nada con lo que luchar, no me quedó más que resignarme y mentirme diciéndome que no la quería tanto, que sólo era un antojo... pero era mentira.

Había sido el primer gran sueño que no se cumplió, el primer gran sueño por el que no luché como debí... Pero, por suerte, algunas veces en la vida se presentan segundas oportunidades. Y, fue así, decidí estudiar económicas, sin yo saberlo, justo al lado de un conservatorio, y de una tienda de instrumentos... El segundo año de estar allí, todos los días ví una guitarra en oferta. Sabía que esta vez era mi oportunidad, "ahora o nunca".

También sabía que yo solo no podía pagármela, y mis padres igual tampoco querían, ya se negaron una vez... Pero, mi abuela materna sí, yo era su ojito derecho... y lo fuí hasta su último día, por eso, ella me la compró para navidades, hará dentro de poco dos años. Es cierto, que no sé tocarla, que apenas la he tocado, que quizás nunca aprenda... por eso muchos pensarán que fue un capricho, pero, fue algo más.... fue un sueño, que una vez roto, pudo cumplirse...

Cómo en un Sueño

10 noviembre 2008

6 Vencidos

Acabábamos de salir del cine, hacía bastante tiempo que no nos habíamos visto, como seis o siete meses, pero, en nuestras memorias, en nuestros recuerdos –al menos en los míos–, aún permanecían aquellos momentos de infancia y de adolescencia prematura. Pero, también recordaba cómo todo aquello pasó, y sólo quedó en recuerdos, que se lleva el viento.

Otras veces te había visto por la calle, y apenas nos saludamos, pero, esta vez era distinta, quizás no demasiado, pero sí suficiente. Estaba lloviendo, bastante, y tú no tenías sombrilla; yo sí, por eso ver que tú no tenías, y tampoco se acercaba nadie para acompañarte, supuse que estabas sola, y me acerqué a ti para resguardarte del agua. Al principió me acerqué como si no te hubiese visto antes, sólo para saludarte.

Hablamos sobre nosotros, pero, conversaciones vacías, preguntándonos cómo nos iba en la vida… Preguntas que ninguno de los dos quería hacer, pero hicimos, y respondimos. Poco a poco la gente se iba yendo, bajo sus paraguas… Todos menos nosotros dos, que aún estábamos allí, inertes, con las mentes en lugares muy lejos de allí. Cuando nos quedamos por fin solos, y vi que no hacías ningún gesto para irte, te ofrecí un hueco en mi sombrilla.

Tú, lo aceptaste, aunque no sé muy bien si por compromiso, o por verdadero deseo, de estar a mi lado. Nuestra relación en el pasado, me hubiera dicho que por compromiso, pero, en tus ojos, creo que hubo algo más. Pero nunca fui bueno para leer miradas, y menos, en sus ojos, siempre me parecieron tan hermosos, pero inexpresivos. Nunca me dejó que leyera en su alma, jamás, me contó nada. A pesar de los recuerdos que tuvimos, nunca supe nada de ella, más allá de la relación de unos compañeros de clase.

Bajo la lluvia, todo parecía distinto. Te agarraste a mí, muy cerca, nunca supe si para no resguardarte de la lluvia o para acercarte a mí. No te lo pregunté, no quise saber la verdad. Yo era feliz allí en mi mundo. Un mundo irreal, del que tendría que despertar. Pero no aún. En el camino, te pregunté si tenías pareja. Pero, tú no me respondiste. No volví a insistir más, comprendí que era un sí que no te atrevías a decir por si me hacías daño.

Seguimos caminando, habíamos llegado a la altura de mi casa, y allí, tú me dijiste que te dejara, te irías sola y ya no llovía tanto. Te pregunté si seguías viviendo en el mismo lugar, y me dijiste que sí. Te dije que te acompañaría, no iba a dejarte sola, no ibas a ir sola hasta tu casa, lloviendo, y por aquellas calles tan solitarias. Sonreíste, dijiste: “Sabía que vendrías. Tú siempre lo das todo por los demás”. Seguimos hasta tu casa, y allí en la puerta del portal, me desperté del sueño.

Pánico

07 noviembre 2008

5 Vencidos

No sé vosotros, pero, yo desde pequeño, le he tenido pánico al dentista... Aún recuerdo la primera vez que me empastaron una muela, lloré, berreé, pataleé, supliqué, rogué... hice de todo, me anestesiaron, empezaron a rasparme la caries, y me dolía, me mataron el nervio, pero seguía doliéndome, tuve que aguantarme... tras eso, me empastaron bastantes más... Eso fue en segundo de ESO, o quizás primero... no lo recuerdo muy bien.

Aquellos días pasé unas tardes de un inmenso sufrimiento no os podéis hacer una idea... Desde entonces le pillé miedo, terror, pánico, cómo queráis llamarlo al dentista.

A los años, empezó a salirme la muela del juicio de abajo derecha... Lo notaba porque se me inflamban las encías, y al tiempo me iba notando un pequeño pico. Al poco, de empezar a salir esa, comenzó a salir la izquierda de abajo... Y me dolía también bastante. Las de arriba no me han estado dando esos problemas. A la muela de la derecha la notaba un poco rara, de vez en cuando, se me quedaban algunos restos de comida. Y me los tenía que sacar con un palillo de dientes, pues, para ese caso cepillárselos era inútil.

No fue hasta el año pasado, más o menos por esta fecha (creo recordar) cuando, se me inflamó la encía, y estuve una semana sin poder abrir la boca más de dos dedos, fue horrible. Un dolor inmenso, y sin poder comer. Por ello, fui al dentista, y me dijo lo que llevaba un tiempo suponiéndome, la muela estaba picada. Y, para colmo, estaba naciendo un poco torcida... Cuando digo un poco, quiero decir, haciendo un ángulo de 90º con "sus compañeras" (Si alguien quiere ver la radiografía
aquí -lo más oscuro son empastes-); pero, la muela de la izquierda estaba casi igual, también molestaba al resto de dientes.

Donde fui era una clínica privada, y me querían sacar las cuatro muelas, por un precio, a mi parecer elevado, pedí presupuesto en otra, y me dijo, que este tipo de operación me los hacía la seguridad social, pero, tardaba un poco... Así que dejé que pasaran los exámenes, y en marzo, fui al ambulatorio que me correspondía, para que ahí tramitaran mi cita, para la operación. En mayo, me llamaron del hospital para hacerme una radiografía (la que os he adjuntado), tras eso, quedaron en que volverían a llamarme, para la operación.

Este verano, me llegó una carta, en la que decía, que el dái 5 de Noviembre tenía cita en otro hospital, y bueno, un poco (bastante) aterrado por si me operaban fui al hospital. Pero, por suerte para mí, tampoco me operaron. Tan sólo me vió, y me dijo, que me volverían a llamar del segundo hospital al que fui. Ahora sólo me queda esperar, y intentar vencer el pánico día a día. Hasta el día de la operación. Os lo he contado, para intentar relajarme un poco, y ir venciendo al miedo poco a poco...

Locura

04 noviembre 2008

5 Vencidos

Vas por la calle, solo. Miras a tus alrededores, y no ves a nadie. O quizás sea que no has querido verlos. Hace ya varias semanas que acabó tu relación con ella, pero, nada ha cambiado desde entonces no has podido sentir ni un solo instante de alegría, ni un sólo recuerdo feliz ha llegado a tu mente, tan sólo los malos momentos, y como escribió aquel escritor, sentir la crónica de una muerte anunciada.

Apenas has hablado con la gente, tal vez una vez, sí una vez... la recuerdas cómo si esas hubieren sido las últimas palabras antes de quedarte mudo, y de morir en silencio... Fue aquel cartero, cuando subió aquella carta, aquel paquete para ella... Te la dió, firmaste, y cuando pudiste ver que era para ella. Le devolciste el paquete, agachando la cabeza y susurrándole que ya no vivía allí.

Cerraste la puerta, como el aveztruz que esconde la cabeza en la tierra por miedo. Querías ocultarte del resto del mundo, olvidarlo todo y desaparecer. Pero no pudiste... tan sólo te apoyaste en la pared y comenzaste a llorar, golpeaste la pared con impotencia. Y fue entonces, fue entonces cuándo la última foto que te quedaba con ella, cayó al suelo. El marco quedó intacto, pero, los cristales se rompieron, y por el peso de ellos, se rasgó la foto.

Ya todo daba igual... ya nada tenía sentido. Vivir o morir. Morir en vida o vivir con la muerte, todo era lo mismo para ti, para tu corazón, tan maltrecho por el amor como por aquel infarto, que acabó en un marcapasos. Ese maldito marcapasos que nunca dejaba de hacer su peculiar tun tu-tun. El mismo tun que tanta otras veces la había despertado a ella. Pero, ella se lo cayó, no te dijo nada. Mas, tú en sus ojos lo podiás leer, o quizás lo leyeras en sus ojeras, sus cambios de humor al despertar.

¿Qué importaba todo eso ahora? Vuestra relación estaba rota, al igual que aquella foto que estaba en el suelo. No te dió ninguna explicación, pero un día desapareció y no la volviste a a ver nunca más. En tu memoria, ya mermada por tantas pastillas resuena aquella frase que una vez te dijeron: "A veces cuando una persona con marcapasos muere, su corazón sigue latiendo". Siempre dudaste sobre la veracidad de esa frase, pero, hoy, estabas dispuesto a comprobarla.

Cogiste el cristal más grande que había en el suelo, y te fuiste al baño. Por el camino, te lo clavaste en los dedos, y derramaste algunas gotas de sangre, no sentiste dolor, las pastillas te lo impedían. Ya en el baño, frente al espejo, alzaste el brazo derecho, tú siempre fuiste zurdo, algo que irritaba tanto a ella, porque a la hora de comer, chocaban vuestros codos... Con la mano aún dubitativa, te desgarraste el brazo desde la muñeca hasta el codo, y antes de que pasaran más segundos, hiciste lo propio con el izquierdo. No querías que hubiera dudas, ibas a morir.

Encontes... entró ella por la puerta de la casa, nadie le recibió el día que llegó, a él lo llamó y el silencio habló, Cariño, ¿dónde estás? Ya no me iré nunca jamás...


pero, ya era demasiado tarde. Tú corazón aún latía, pero, era preso del marcapasos. No podía hacer nada por salvarte, habías perdido mucha sangre, y las heridas eran demasiado profundas como para taparlas, pensó en los torniquetes, pero, era tarde para ello. Ella que sólo había estado unos días fuera, visitando a los padres, ella que había venido antes de lo pensado porque su instinto femenino se lo dijo, ella que sabía de tu locura, y aún así te dejo sólo. Ella, ella, ella... se maldecía por tu muerte... se maldecía por sus Lágrimas de Dolor...

Réquiem

01 noviembre 2008

7 Vencidos


Hoy, es 1 de Noviembre, según las viejas costumbres, Día de Todos Los Santos, día de visitar a los familiares, y amigos, que por desgracia, ya no están con nosotros... Me gustaría dedicaros unas palabras, pero, no me vienen las que quisiera. Nunca os podría explicar todo lo que siento, sé que no he ido a visitaros desde que nos separamos, pero, vosotros sabéis que siempre estáis en mi mente... y en mis recuerdos.

Réquiem (Stravaganzza)

Muerte, ¿por qué has venido a robar un ángel que aún no ha aprendido a volar?
Muerte, ¿por qué has venido a arrancar una luz que aún tenía que brillar?


Réquiem (Mägo de Oz)

Echo de menos el llegar y oír tu voz, echo de menos No tener tu apoyo.
Te echo de menos. Un beso, adiós, cuídate. No nos olvides, muy pronto nos volveremos a ver.